Estilo de Vida

Consejos para prevenir la Insuficiencia Cardíaca

Este 9 de mayo se celebra el Día Mundial de la Insuficiencia Cardíaca

Cuando el músculo cardíaco no bombea sangre como corresponde se producen la Insuficiencia Cardíaca. Puede haber diferentes enfermedades preexistentes que pueden causar dicha patología, por ejemplo, una afección coronaria como la angina de pecho, la enfermedad cardíaca o el ataque cardíaco.

Juan José Herrera Paz, jefe de Cardiología de hospital Fleni, en Argentina, comentó para el medio local la nación, que: “Es una falla cardíaca que hace que el corazón no pueda manejar el caudal de sangre que le llega por el circuito venoso y tampoco pueda manejar el volumen que saca para llevar sangre a todo el volumen del organismo”.

Causas

Las principales señales de advertencia para la causa y aparición de insuficiencia cardíaca son el aumento de la fatiga, la pérdida de rendimiento, la hinchazón en las piernas y los tobillos y la tos nocturna. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que es la primera causa de hospitalización en pacientes mayores de 65 años, por delante del cáncer y las enfermedades respiratorias. Su prevalencia estimada en el mundo es del 2,6% en la población adulta.

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“Fue considerada como una epidemia del nuevo milenio, porque la población vive cada vez más tiempo y porque se progresó en el tratamiento de las causas principales. Los pacientes evolucionan mejor de su enfermedad primaria como la hipertensión y la enfermedad coronaria. Los pacientes sobreviven y con el tiempo desarrollan insuficiencia cardíaca”, indicó el especialista.

Prevención

Un sano estilo de vida, una alimentación saludable y medicación impuesta como tratamiento médico supervisado, son tres de los pilares y prevenciones fundamentales para poder tratar y prevenir la Insuficiencia Cardíaca. “En algunos casos, se llega a la cirugía. Pero es importante estar atentos a los primeros síntomas y realizar una consulta con el médico para poder prevenir la progresión de la enfermedad. Haciendo pequeñas modificaciones en la vida cotidiana podemos revertir esta situación sin llegar a una intervención quirúrgica”.

Una alimentación sana y equilibrada, no consumir exceso de sal, realizar actividad física y no fumar son también claves directas de la prevención recomendada por la OMS e infinidades de especialistas en la materia.

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