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Arte de dudosa procedencia continúa en Museo de Israel

JERUSALÉN (AP) — Uno de los más importantes patrocinadores del Museo de Israel, el multimillonario estadounidense Michael Steinhardt, se aproximó a esa institución israelí en 2007 con un objeto que había comprado recientemente: un texto griego de 2.200 años grabado en piedra caliza.

Poco después de que fue puesto en exhibición un experto en arte notó algo raro, dos fragmentos de texto encontrados antes durante una excavación cerca de Jerusalén encajaban con la piedra como un rompecabezas. Pronto quedó claro que la pieza de Steinhardt provenía del mismo lugar donde los otros fragmentos habían sido excavados.

El mes pasado Steinhardt entregó la pieza, conocida como Estela Heliodorus, y 179 artefactos más valuados en cerca de 70 millones de dólares como parte de un importante acuerdo con la oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan para evitar ser enjuiciado. Ocho máscaras neolíticas prestadas por Steinhardt al Museo de Israel para una gran exposición en 2014 también fueron confiscadas como parte del acuerdo, incluyendo dos que siguen exhibidas en el museo.

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Los museos del mundo enfrentan un mayor escrutinio por el origen, o la cadena de propietarios, de su arte, especialmente aquellas piezas saqueadas de zonas en conflicto o tomadas ilegalmente de sitios arqueológicos. Hay cada vez más llamados para que este tipo de objetos sean devueltos a sus países de origen.

Donna Yates, criminóloga especializada en contrabando de piezas de la Universidad Maastricht, dijo que varios escándalos recientes que involucran piezas saqueadas, como la devolución de antigüedades camboyanas del Museo de Arte de Denver, están llevando a que los “museos reconsideren la historia de propiedad de los objetos que poseen”.

“No pueden permitirse la vergüenza pública de estar constantemente vinculados con esto, porque los museos no tienen mucha riqueza y muchos de ellos tienen un lugar en la confianza del público”, dijo.

Además de la Estela Heliodorus y dos de las máscaras antiguas, al menos otro de los objetos propiedad de Steinhardt en el Museo de Israel es de origen incierto: una inscripción de 2.800 años sobre una piedra volcánica negra. El museo dice que es originaria de Moab, un antiguo reino ubicado donde actualmente está Jordania.

Cómo llegó a Jerusalén sigue incierto.

Steinhardt entregó la inscripción real de Moab al museo en un préstamo extendido en 2002, poco después de comprarla de un marchante israelí con licencia en Jerusalén, dijo Amir Ganor, quien encabeza la unidad de prevención de robo de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Ese marchante, quien confirmó el acuerdo pero habló bajo condición de anonimato por los asuntos legales que rodean el objeto, dijo a The Associated Press que obtuvo la inscripción de un colega palestino en Belén, en la zona de Cisjordania ocupada por Israel, quien no especificó su proveniencia.

“No sé cómo llegó al marchante en Jerusalén”, dijo Ganor. Agregó que pudo provenir de Cisjordania, la vecina Jordania o a través de Dubai, que ha sido un centro de antigüedades por años.

El Museo de Israel rechazó solicitudes de entrevistas y mostrar la documentación del objeto.

Pero en un comunicado negó incurrir en cualquier conducta indebida argumentando que suele segur “las regulaciones aplicables al momento que son prestadas las obras”. Agregó que todas sus exhibiciones están “en cooperación completa” con la autoridad de antigüedades.

La Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan dijo que la inscripción de Moab no era parte de la investigación sobre Steinhardt y rechazó hablar sobre la pieza.

James Snyder, quien era el director del Museo de Israel de 1997 a 2016, dijo que todas las piezas que llegan al museo tienen su origen revisado por la autoridad antes de ser exhibidas y que las piezas de arte saqueado de Steinhardt, “llegaron con documentación de propiedad legal”.

“Nos entregaron documentación de una adquisición legal, se aprobó que fuera prestada y se aprobó que fuera devuelta”, por la autoridad, dijo Snyder.

Israel tiene un mercado legal de antigüedades manejado por unos 55 marchantes con licencia. A los marchantes se les permite vender objetos descubiertos previo a 1978, cuando entró en efecto una nueva ley que hacía que los objetos descubiertos posteriormente fuesen propiedad del estado.

El mercado ha resultado ser un espacio para lavado de piezas contrabandeadas y saqueadas de Oriente Medio a las que los marchantes les han hecho documentación fraudulenta en Israel. Israel comenzó a cerrar esa zona gris en 2016 cuando obligó que se hiciera una base de datos digital de los objetos que ofrecen.

Israel devolvió recientemente a Egipto y Libia antigüedades contrabandeadas encontradas en tiendas de marchantes. Otras piezas antiguas de Irak y Siria, incluyendo miles de tabletas cuneiformes del propietario de la cadena de tiendas Hobby Lobby Steve Green en 2010 — fueron contrabandeadas por marchantes israelíes antes de ser vendidas a coleccionistas con documentación falsa.

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Ilan Ben Zion está en Twitter como www.twitter.com/ilanbenzion

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