PARIS (AP) — Los gritos de “¡Ra-fa! ¡Ra-fa!” rugieron en el momento en que Rafael Nadal ingresó al estadio Roland Garros para el partido contra Novak Djokovic. La multitud estaba tan entusiasmada, que el juez de silla pidió a los espectadores que guardaran silencio.
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Hay una diferencia muy notable entre los Juegos de París y los dos Juegos Olímpicos anteriores: el ruido. Los fanáticos han regresado de manera estridente.
Los Juegos Olímpicos de París son los primeros con espectadores desde que la pandemia de COVID-19 obligó a Tokio en 2021 y Beijing en 2022 a realizar sus competencias con sedes vacías.
En Tokio, se podía oír claramente a los atletas quejándose del calor abrasador. Algunos podían escuchar a escondidas, mientras los entrenadores, con cubrebocas, daban instrucciones a sus rivales. El chirrido de las zapatillas en la cancha proporcionaba la banda sonora del baloncesto. Lo mismo con el ruido de una pelota de voleibol e incluso un chapoteo en la piscina.
Este lunes, cientos de fanáticos tuvieron que hacer largas colas para ingresar a Roland Garros, casi tres horas antes del 60mo capítulo de la rivalidad entre Djokovic y Nadal.
Nadal no ha revelado si el escenario olímpico en París, donde ganó 14 títulos del Abierto de Francia, es su gira de despedida. El estadio estaba tan lleno que hubo complicaciones en la sección reservada para los medios debido a que no había suficientes asientos para acomodar a todos los que habían acudido a lo que podría haber sido el último partido de individuales del tenista español.
El público, decididamente partidario de Nadal, sabía que podía ser una de sus últimas oportunidades de verlo en la cancha Philippe Chatrier, por lo que el partido de segunda ronda fue una posible despedida cariñosa para él, ya que Djokovic ganó 6-1, 6-4. Nadal todavía está en el torneo de dobles compitiendo por España con Carlos Alcaraz.
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El español reveló que la multitud lo motivó en el segundo set, cuando ganó cuatro juegos consecutivos, para poner el marcador 4-4.
“Siempre siento que estoy jugando en casa cuando juego aquí. Es muy especial para mí”, dijo Nadal. “Disfruto de ese hecho, y me dan la energía en el momento en que las cosas comenzaron a cambiar un poco. No puedo agradecer lo suficiente a toda la gente aquí. “Me hizo sentir muy especial”.