ASHEVILLE, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — Los funcionarios electorales de Carolina del Norte aseguran que harán todo lo que esté en su poder para garantizar que los votantes de este crucial estado en las elecciones presidenciales puedan depositar su voto a pesar de la devastación causada por el paso del huracán Helene y la destrucción de infraestructura básica a falta de un mes para los comicios.
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Karen Brinson Bell, directora ejecutiva de la junta electoral del estado, dijo el martes que las oficinas electorales de 12 condados ubicados en la parte occidental del estado permanecen cerradas después de que la tormenta desencadenó daños “sin precedentes”. Las papeletas de voto por correo, algunas de las cuales ya fueron enviadas a los votantes que las solicitaron, también enfrentan obstáculos que van desde retrasos en el Servicio Postal de Estados Unidos hasta daños en carreteras y viviendas que podrían imposibilitar su entrega. También se desconoce la viabilidad de los centros de votación anticipada para la jornada electoral.
Indicó que la tormenta causó un nivel “desalentador” de incertidumbre, con las votaciones anticipadas presenciales programadas a comenzar en poco más de dos semanas, el 17 de octubre. Sin embargo, afirmó que el estado está preparado para ayudar a los votantes a superar la emergencia.
“Hemos luchado contra huracanes y tormentas tropicales y aun así hemos celebrado elecciones seguras, y haremos todo lo que esté en nuestras manos para hacerlo de nuevo”, declaró Brinson Bell a los periodistas durante una conferencia de prensa. “La gente de montaña es fuerte, y el personal electoral que la atiende también es resiliente y tenaz”.
Helene, que azotó grandes franjas del sureste de Estados Unidos a finales de la semana pasada con lluvias torrenciales, fuertes vientos y enormes marejadas ciclónicas, causó una devastación “más allá de lo creíble” en la popular localidad montañosa de Asheville y en otras partes del oeste de Carolina del Norte, dijo el gobernador Roy Cooper durante una rueda de prensa el martes.
“Esta catástrofe no se parece a nada que haya vivido nuestro estado”, afirmó.
El nivel de destrucción podría tener implicaciones de largo alcance más allá del daño inmediato a las comunidades inundadas, especialmente si tiene algún impacto en las votaciones. Carolina del Norte es uno de los siete estados sin clara preferencia política que se disputan arduamente la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump. El expresidente Trump apenas derrotó al demócrata Joe Biden en el estado hace cuatro años con un margen de unos 74.500 votos entre los 5,5 millones emitidos.
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Asheville es la ciudad más poblada de los 25 condados incluidos en la declaratoria de catástrofe y se ubica en el único condado –Buncombe– donde los demócratas registrados superan en número a los republicanos. Michael Bitzer, profesor de política del Catawba College de Salisbury, Carolina del Norte, indicó que la zona de desastre incluye “importantes puntos azules en un mar muy rojo”, lo que hace difícil predecir cómo puede afectar la tormenta a la participación electoral y a los resultados de las elecciones.
El martes, los socorristas seguían llevando a cabo labores de rescate en la amplia franja del sureste de Estados Unidos más afectada por la tormenta. Los funcionarios electorales de Florida, Tennessee y Georgia, otra entidad en disputa, evaluaban los daños y las posibles repercusiones en las votaciones por correo, el voto anticipado y la jornada electoral.
Los trabajadores electorales de Georgia han regresado a sus labores incluso mientras se registran cortes de electricidad, servicio limitado de internet y daños en la infraestructura en algunas de sus oficinas. Se tiene previsto que los votos por correo se envíen el 7 de octubre, conforme a lo planeado, afirmó Robert Sinners, director de comunicaciones de la secretaría de gobierno de Georgia. En Tennessee, dos oficinas electorales de condado sufrieron daños por el agua y al menos seis colegios electorales del noreste del estado resultaron dañados o quedaron inaccesibles, dijo Doug Kufner, portavoz de la secretaría de gobierno.
Los funcionarios de Carolina del Norte señalaron que sopesan la posibilidad de cambiar o combinar centros de votación en caso de que algunos de ellos queden inutilizables o inaccesibles.
Las autoridades del estado también están ofreciendo orientación y algunas adaptaciones especiales para los votantes en ausencia, quienes pueden no recibir sus papeletas debido a las evacuaciones, la suspensión de operaciones del Servicio Postal o los buzones residenciales arrasados por la tormenta.
Paul Cox, consejero general de la Junta Electoral del Estado de Carolina del Norte, indicó que los votantes desplazados pueden ponerse en contacto con la oficina electoral de su condado para solicitar que su voto por correo sea invalidado y enviado a un lugar diferente.
Esos votantes también tienen la opción de esperar para emitir su voto en persona, ya sea durante el período de votación anticipada del 17 de octubre al 2 de noviembre o el día de las elecciones, el 5 de noviembre, dijo Cox. La ley estatal exige que todos los votantes muestren su credencial de elector, pero los residentes de condados declarado en desastre que han perdido su identificación pueden llenar un formulario de excepción para emitir su voto.
Los funcionarios aún sopesan la posibilidad de tomar nuevas medidas para dar cabida a los votantes, como la ampliación del plazo para el voto por correo o permitir que más personas voten a través del mismo portal en línea que utilizan los militares, votantes en el extranjero y discapacitados visuales, informó Brinson Bell.
Un menor número de residentes que voten de forma anticipada o por correo “supondrá una mayor presión el día de las elecciones”, afirmó Chris Cooper, profesor de ciencias políticas en la Western Carolina University de Cullowhee, Carolina del Norte. También le preocupa la capacidad de los estudiantes universitarios para sufragar si las universidades se desconectan temporalmente, así como el impacto desproporcionado sobre los votantes de menores ingresos, quienes se verán especialmente afectados por la tormenta.
Kelly Godfrey, quien vive en Asheville desde hace más de tres años, es una de las pocas personas que envió su voto por correo antes de la llegada de la tormenta. Hasta el martes, casi 9.990 votantes del condado de Buncombe habían solicitado votar en ausencia, el 85% de ellos demócratas o sin afiliación partidista, según la investigación electoral de Associated Press. Sólo se habían devuelto unos 170.
Godfrey dijo que espera que se ajusten las normas y procedimientos para facilitar las cosas a los votantes desplazados por la tormenta. Pero también le preocupa que cualquier cambio pueda dar lugar a desinformación y falsas denuncias de fraude electoral después de las elecciones.
“Se le va a dar muchas vueltas”, afirmó.
Por ahora, sin embargo, votar parece “algo muy lejano”, comentó Godfrey. “Ahora mismo, la gente está pensando en comida y agua”.
No son sólo los votantes los que se ven afectados. En el condado de Buncombe, algunos miembros del personal electoral fueron evacuados después de que sus casas sufrieron grandes daños y el personal de la oficina no ha podido ponerse en contacto con los trabajadores electorales para las capacitaciones que normalmente tendrían lugar en estos momentos, indicó Corinne Duncan, directora de los servicios electorales del condado.
Todavía no se conoce el impacto total de la tormenta en las operaciones electorales, dijo, y las evaluaciones de los daños en los colegios electorales continúan.
Brinson Bell afirmó que los funcionarios no tenían conocimiento de afectaciones físicas en las oficinas electorales o en el equipo de votación o las papeletas almacenadas en su interior, pero están en estrecha comunicación con los proveedores de máquinas de tabulación por si hubiera que reparar o sustituir alguna.
Algunas de las juntas del condado cuyas oficinas permanecen cerradas o sufren de cortes en el suministro eléctrico han recibido kits de emergencia especiales por parte del estado, los cuales estaban destinados en un principio a ser utilizados en caso de ataques de ransomware, señaló. Los kits están equipados con laptops, teléfonos móviles, puntos de acceso wifi y otros elementos esenciales para permitir que las operaciones electorales continúen incluso sin electricidad, teléfono o servicio de internet.
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Swenson informó desde Nueva York y Fernando desde Chicago. Los periodistas de The Associated Press Charlotte Kramon en Atlanta y Gary Robertson en Raleigh, Carolina del Norte, contribuyeron a este despacho.
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