LOS ÁNGELES (AP) — Los trabajadores de siete farmacias CVS del sur de California se han declarado en huelga para exigir un aumento salarial y mejoras a su seguro médico y para protestar por lo que consideran la negociación de contratos de mala fe por parte de la empresa.
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El paro, que afectó a cuatro tiendas en Los Ángeles y tres en el condado Orange, comenzó el viernes por la mañana y continuó durante el fin de semana. El sábado, afuera de una de las sucursales de Los Ángeles, los huelguistas instaron a los clientes a no cruzar las líneas de piquete.
Melissa Acosta, técnica de farmacia que forma parte del comité de negociación del contrato, acusó a la empresa de “intimidar a los trabajadores y observarlos para impedir que hablen con los representantes sindicales”.
Las farmacias de CVS afectadas han permanecido abiertas, atendidas por directivos y empleados no sindicados.
Los trabajadores tienen previsto continuar con la huelga hasta que se reanuden las negociaciones el miércoles. El paro de labores fue autorizado por una votación en las dos sedes locales del sindicato United Food and Commercial Workers (UFCW, por sus siglas en inglés), el 29 de septiembre, en la que más del 90% de los afiliados votaron a favor del paro.
“Estamos decepcionados de que nuestros compañeros miembros de la UFCW se hayan declarado en huelga en algunas farmacias específicas de la zona de Los Ángeles”, dijo Amy Thibault, vocera de la empresa, en un comunicado.
Thibault añadió que CVS ha logrado avances en la negociación de un contrato definitivo y ha alcanzado “acuerdos provisionales” para aumentar el salario y las contribuciones de la empresa al seguro médico.
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Acosta señaló que no puede pagar el seguro que ofrece CVS y que, en su lugar, está inscrita en el programa estatal Covered California.
“En mis nueve años de trabajo con CVS, nunca he podido pagar su plan de salud”, subrayó.
Las grandes cadenas de farmacias de todo el país están luchando contra los costos de operación y los competidores en línea. La directora general de CVS Health, Karen Lynch, propietaria de la cadena, dimitió hace poco al tiempo que sus acciones cayeron un 19%.
CVS se acerca al final de un plan de tres años para cerrar 900 sucursales.