MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
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Los dos retratos de los Reyes Felipe VI y Letizia realizados por la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz ya están en el Banco de España, que hizo el encargo, y han conseguido conjugar lo que se buscaba con ellos: entroncar la tradición retratista española de pintores como Goya o Velázquez con la renovación que supone la fotografía para su ejecución.
El resultado es un díptico que se complementa entre sí, al ofrecer una misma escena dividida en dos en la que el Rey aparece ataviado con el uniforme de gala del Ejército de Tierra y la Reina luce un vestido negro con un chal fúcsia, y que a ojos del espectador, al haberse utilizado la impresión en tela en lugar de papel fotográfico, recuerda los retratos al óleo de otras épocas que dejaron para la posteridad los grandes pintores del momento.
Esto era en buena medida lo que buscaba el Banco de España cuando realizó el encargo de los retratos de Don Felipe y Doña Letizia para añadirlos a su galería de retratos oficiales, en la que hay imágenes de los distintos gobernadores y directores de la entidad pero también de los monarcas que han ocupado el trono desde 1782. En esta colección hay obras de Goya, Madrazo o Sorolla, entre otros, pero hasta ahora no había ninguna fotografía.
Para elegir a la que ha sido su autora final, el Banco de España inició en octubre de 2022 un proceso sobre la premisa de una serie de requisitos, empezando por la incorporación de la fotografía, el que fuera un artista extranjero con vistas a internacionalizar los fondos de cara al futuro, y para sumar autoras, puesto que solo contaba con retratos firmados por Isabel Quintanilla y Carmen Laffón.
LA ELECCIÓN DE LEIBOVITZ
Leibovitz "cumplía sobradamente los requisitos", sostiene la conservadora de la Colección del Banco de España, Yolanda Romero, que además recuerda que la fotógrafa estadounidense también había manifestado su deseo de poder realizar un retrato a los Reyes desde que conoció a ambos, aún príncipes, en 2013 al ser galardonada con el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
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Una vez elegida la fotógrafa estadounidense, ha sido ella la que ha seleccionado las imágenes finales, de las cientos de tomas realizadas durante las alrededor de cinco horas que duró la sesión el pasado 7 de febrero y la que también escogió el escenario en el que se realizaron: el Salón de Gasparini del Palacio Real. Esta sala de abigarrada decoración era donde Carlos III se vestía y recibía las audiencias reservadas.
Tal y como resalta Romero, Leibovitz ha sabido aunar la tradición retratista de Velázquez y otros pintores de la Corte, para lo cual la fotógrafa estudió otros retratos de reyes, con la renovación, empezando por la técnica empleada pero también por la forma en que presenta a los dos protagonistas. "Ha creado una escena donde quien mira asiste también al acontecimiento", resume.
DOS RETRATOS CONTRAPUESTOS
Así, el retrato del Rey, a la izquierda, le presenta en toda la sobriedad de su cargo, vestido con uniforme militar, con la banda azul de la Orden de Carlos III, el Toisón de Oro y otras condecoraciones, y rodeado de los elementos del retrato clásico, como son la mesa, la lámpara de araña, el espejo o la puerta abierta al fondo. El monarca también se fotografió luciendo un chaqué y un frac durante la sesión, pero la autora descartó ambos.
En contraposición, la Reina parece irrumpir en la escena por el lado derecho, iluminada por la luz que llega desde una ventana lateral y desprovista de toda la simbología propia de su estatus: no porta ni la diadema ni la banda de Carlos III.
Como únicas joyas, luce el collar de chatones que Alfonso XIII regaló a la reina Victoria Eugenia cuando esta era aún su prometida y que fue aumentando de longitud con el paso de los años con otros regalos y dos pendientes a juego, así como su anillo favorito y que habría sido regalo de sus hijas.
Según explica Romero, Leibovitz fotografió a Doña Letizia primero sin la diadema y la banda y luego con ellas, pero finalmente optó por una imagen sin estos atributos. En lo que no hubo cambios fue en el traje: un vestido de gala en palabra de honor en tul de seda plisado y una capa de seda confeccionados por el diseñador Cristobal Balenciaga en los años 40 y 60 respectivamente y cedidos por la Fundación Antonio de Montpalau.
EXPUESTOS EN EL BANCO DE ESPAÑA
Ambos retratos, los de mayor formato realizados hasta ahora por la fotógrafa estadounidense, podrán verse a partir de este miércoles en la sede del Banco de España en el marco de la exposición 'La tiranía de Cronos', que reúne más de 50 obras de 24 artistas o colectivos artísticos, incluyendo tapices, pinturas, esculturas, fotografías y relojes con el tiempo como hilo conductor.
Los Reyes ya han trasladado su deseo de acudir a ver la exposición, incluidos sus retratos, si bien por el momento no hay fecha prevista. Desde el Banco de España confían en que puedan coincidir con Leibovitz, que también tiene intención de desplazarse a España antes de finales de marzo, cuando acabará la exposición.
A partir de ese momento, las dos obras se expondrán en la sala del Consejo de Gobierno del Banco de España, que ha pagado por ambos retratos 137.000 euros, a los que hay que sumar los 97.000 por el realizado al anterior gobernador Pablo Hernández de Cos, que también pasará a engrosar la colección y se expone en esta misma muestra.
'La tiranía de Cronos' podrá verse en la sala de exposiciones de la sede de Cibeles del Banco de España desde el 27 de noviembre hasta el 29 de marzo de 2025, de martes a sábado, de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.00 horas. La entrada a la muestra es gratuita, previa reserva de invitaciones.