Arrancó el Mundial de Fútbol Qatar 2022 y dar cumplimiento a las estrictas normas del islam en esta nación, es quizás el aspecto más difícil para los visitantes, quienes llegan de distintas partes del planeta para disfrutar los partidos de sus selecciones. Tienen dos opciones: Respetan las leyes de la nación árabe o pagan con cárcel.
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Innegablemente, para los qataríes cumplir con la norma es más fácil porque es algo que está arraigado en sus costumbres, pero para el más de un millón de extranjeros que llegó al Mundial de Fútbol no es nada fácil.
Una de las prohibiciones más polémicas es refrescarse saboreando una cerveza durante los partidos. La bebida prácticamente forma parte en la historia de los mundiales de fútbol y millones de hinchas celebran los juegos tomando su espumosa cerveza, pero esta vez, está prohibido.
Mostrar abiertamente conductas homosexuales es otra restricción. Las autoridades han dejado claro que sí pueden haber gays en el Mundial, pero que deben respetar las reglas.
“Tendrán que aceptar nuestras reglas”, enfatizó recientemente Khalid Salman, embajador del Mundial de Qatar 2022 y exfutbolista internacional, según reseñó El Confidencial.
Hassan Al-Thawadi, secretario general de la Organización de la Copa del Mundo, manifestó que “no creemos en las demostraciones públicas de afecto, pero sí creemos en la necesidad de dar la bienvenida a todos, independientemente de su origen”.
Cárcel por beber licor o mostrarse gay
La ingesta de licor en sitios públicos o molestar a otras personas por estar bajos los efectos del alcohol, tienen sanciones que van desde el pago de una multa de tres mil riales (800 dólares) hasta los seis meses de cárcel.
La pena de cárcel puede subir a tres años de prisión o 10 mil riales si se ofrece licor a un menor de edad, si se lleva alcohol en la calle o si se importan bebidas alcohólicas, explicó Reuters.
El Confidencial expuso que hay hasta siete años de cárcel a los mayores de 16 años por tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Si son musulmanes, pueden recibir pena de muerte. Si el homosexual es casado, la sentencia sube a 10 años de cárcel.